BANDONEÓN PÉGURI

PÉGURI ... EL BANDONEÓN DEL FUTURO

Visto por fuera es un 142 argentino ... pero  no lo es.

 

Posiblemente el Péguri sea el bandoneón que más se va a tocar  dentro de unos años. Cada vez son más los músicos que buscan un instrumento de este tipo. Sobre todo, acordeonistas y pianistas que no digieren la "caótica" botonera del bandoneón alemán y buscan algo más racional.

UN POCO DE HISTORIA

Charles Péguri nació en Marsella en 1879 y después de una vida de bohemio decidió suicidarse en 1930 en Paris.

Charles Péguri (1879-1930)

Desde pequeño vivió rodeado de acordeones y bandoneones porque su padre los fabricaba y vendía. Toda la familia aprendió el oficio. Pero Charles chocó pronto con las ideas conservadoras en materia de construcción de instrumentos de su padre quien no veía con buenos ojos las innovaciones y mejoras que constantemente le proponía.
Finalmente se marchó de casa y se instaló por su cuenta en Paris montando varios talleres.
Pero lo que realmente le gustaba era tocar el acordeón en bares y cabarets. Fue uno de los creadores del "Bal Musette"

Charles Péguri en una actuación

Pionero en las grabaciones  de música de acordeón quedan muchos discos suyos de 78 rpm  en los que se le puede escuchar  tocando el acordeón con un estilo lleno de  lírica y sentimiento.

Sin embargo,  no pasó a la historia por ésto sino por haber construído junto con su hermano Louis  un bandoneón especial que sirve para que los acordeonistas no tengan  que aprender la botonera del 142.

142 por fuera y Péguri por dentro

Adaptó un 142 de tal manera que es unisonoro y su botonera sigue un esquema con lógica cromática (es decir, las notas se ordenan por semitonos ... do-do#-re-re#-etc).

No tuvo mucho éxito en vida ya que a pesar de tener  ideas geniales la falta de espíritu comercial y el poco gusto por llevar una vida ordenada hizo que su modelo fuese sólo conocido al norte de  Francia y algo de Bélgica.

Disposición de los peines de un Péguri

A pesar de ello, muchos lo consideran como el bandoneón del futuro ya que hay un creciente número de acordeonistas que ven en el Péguri una oportunidad de aprender más rápido sin tener que luchar durante años con la endiablada botonera del 142.