Karl Oriwohl (1917-2011)
Padecía desde niño una afección en los ojos que le impedía ver con nitidez. Ésto no fue obstáculo para que a base de una férrea voluntad se convirtiera en un afamado concertista de bandoneón, escritor de obras musicales y llegar a tener la mayor colección de bandoneones del mundo (que se conozca, por lo menos).
Colección de bandoneones |
Fue movilizado por el ejército alemán en la 2ª Guerra Mundial. Allá se fue con su bandoneón.
Karl tocando el Kusserow con su estilo personal |
Cayó prisionero de los ingleses quienes a cambio de comida le hacían tocar canciones populares alemanas delante de batallones enteros de soldados prisioneros.
Tocando en un campo de prisioneros |
De vuelta a Alemania dedicó su vida a dar conciertos allá donde le contrataban: restaurantes, cabarets, iglesias, teatros, ...
Uno de los muchos discos que dejó grabados |
Innovador mandaba construir instrumentos especiales para tocar con ellos, como un bandoneón de tamaño gigante que utilizaba para tocar música barroca.
Con su Kusserow tamaño XXL
En este vídeo le podemos escuchar tocando a Bach.
Al escucharle podría pensarse que estamos ante un órgano de iglesia.
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